Una de las historias infantiles más reconocidas del siglo XX, es la de Los tres cerditos: su solo título, para cualquier niño que la haya escuchado o leído antes, significa un relato que se ha grabado profundamente en su memoria infantil, tal como lo haría el cuento de la Cenicienta o el de Caperucita Roja.

Se trata de una historia que logró tener una popularidad universal a partir del año 1933, cuando la empresa Disney dio a conocerla en el mundo del cine a través del musical Silly Symphony, el cual cuenta con diversas narraciones infantiles.

El éxito de esta producción, que le permitió ganar siete premios del Academy Award for Best Animated Short Film de los Estados Unidos, hizo que este relato se popularizará a lo largo y ancho de todo el planeta, convirtiéndose en un referente que ha sido usado en libros, obras de teatro, audios, videos, entre otra cantidad de formatos.

Más sobre las adaptaciones  

Algunas de estas adaptaciones experimentan también utilizando otro tipo de animales, por ejemplo, existe una versión italiana que experimenta con gansos, mientras que otro relato se atreve a utilizar a ovejas como protagonistas.

Una de las más famosas de estas adaptaciones es Blitz Wolf, una serie de dibujos animados realizados por Tex Avery durante la Segunda Guerra Mundial. Los tres cerditos están en guerra contra un lobo que en realidad representa a Adolfo Hitler.

Mientras tanto, una de las más singulares de todas las adaptaciones es una parodia publicada en 1989, escrita por Jon Scieszka e ilustrada por Lane Smith, donde se explica la historia desde la perspectiva misma del lobo como personaje principal. Por lo mismo, su nombre es: The True Story of the Three Little Pigs (en español, La verdadera historia de los tres cerditos).

victor hugo
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El clásico argumento

En la versión original, se habla de una madre (en vez del tradicional padre), quien decide que sus hijos ya se encuentran en edad de seguir su destino, ya que a ella misma no le quedaba demasiado dinero para continuar sosteniéndolos.

Cada uno de los cerditos decide entonces empezar por construir su propia casa. El primero de ellos fabrica la suya con paja, el segundo con madera y el tercero con ladrillos. En cuanto el primero acaba de construir su morada se dedica a jugar, lo que motiva al segundo a culminar cuanto antes con la suya. El tercer cerdito mientras tanto los riñe, amenazándoles de que muy pronto conocerán el destino que les hará sufrir el lobo.

Y entonces aparece ese temido antagonista, quien inicialmente derrumba la casa de paja de un soplo, en cuyo interior se hallaban los dos primeros cerditos. Logran escapar y acuden a refugiarse en la casa de madera, la cual también será devastada de un soplo por el lobo.

Finalmente acuden a refugiarse en la casa del tercer cerdito, la cual no puede ser devastada por los pulmones del lobo, quien en busca de otra alternativa para devorarlos decide ingresarse a la casa a través de la chimenea. Pero entonces, abajo lo espera una olla de agua hirviendo que fue colocada por el tercero de los cerditos.

El lobo se quema la cola y sale huyendo de la casa

El origen de la historia e interpretación

No se sabe con exactitud quien es el autor ni el año en que se originó dicho relato, aunque se supone que empezó a gozar popularidad hacia el año de 1840. Por entonces era solo un relato que se convirtió en un asunto de tradición oral. Por lo que hasta el sol de hoy y por el resto de la historia de la literatura, será una fábula desprovista de derechos de autor, razón por la cual ha sido tan explotada comercialmente. 

Si se contextualiza el origen del relato con la época, la moraleja que tiene esta fábula tiene una connotación mucho más social. Hay que tener presente que para entonces la Revolución Industrial ha concluido tanto en Europa como en los Estados Unidos. La narrativa refleja los valores imperantes de una época comprometida con el progreso y el sacrificio por el trabajo.

La fábula de los cerdos más famosos de la historia de la literatura, se convierte entonces en una referencia de lo desastroso que puede ser la mediocridad humana (tal como lo representan los dos primeros hermanos), en contraste de lo que sí lidera el tercero de ello: la garantía de un trabajo bien hecho y bien edificado.

Sin embargo, en una interpretación mucho más sencilla, se puede identificar en cada escena una lección de valores. Por ejemplo, los dos primeros cerditos representan a la facilidad. El lobo es la astucia y la oportunidad hambrienta de aprovecharse de los demás. Y el tercer cerdo es la inteligencia, lo suficientemente aguda para colocar a hervir una olla de agua como medida de protección