Cuando se habla de un genio de las letras como lo es Miguel de Cervantes Saavedra, siempre se le relaciona con su magnífica novela El Quijote. Sin embargo, este hombre escribió una gran diversidad de obras más, que destacan por su sentido del humor, su crítica a la sociedad española y su vocación por crear personajes icónicos que se resistieran a morir en el tiempo.
Para el año de 1615, Cervantes dio a conocer sus Ocho comedias y ocho entremeses nuevos, nunca representados, hoy reconocidas simplemente con el nombre de Entremeses. Se trata de una colección de obras dramáticas, cortas y con un mensaje directo que tuvo una gran influencia en la época.
Pero curiosamente, el nunca presentados con el que titula Cervantes a su conjunto de entremeses, hace referencia al modo en que actores y empresarios no vieron en estas obras la oportunidad de darle un sentido comercial y contextual en su momento. Los entremeses de Cervantes se salen del teatro tradicional del momento, explotando temas muy subversivos y satíricos.
¿Qué es lo que propone cada una de las ocho comedias pensadas por Cervantes?
El libro de los entremeses compila las siguientes comedias: El juez de los divorcios, El rufián viudo, La elección de alcaldes de Daganzo, La guarda cuidadosa, El vizcaíno fingido, El retablo de las maravillas, La cueva de Salamanca, El viejo celoso.
Cada obra posee su propio carisma y su propia realidad de la cual reírse. Por ejemplo, en El juez de los divorcios, que fue escrita a través de una prosa clara e interesante, se hace referencia a varios casos de “desavenencia matrimonial”, tal como lo indica el filólogo Alonso Zamora Vicente.
En El rufián viudo, el personaje Trampagos ha perdido a la Pericona, su amante, acerca de la cual se quejará y lamentará a lo largo de la obra. Mientras tanto, los colegas y las “busconas”, intentan aliviar al pobre hombre, al mismo tiempo que el humor brilla en medio del dilema sentimental del protagonista.
En el caso de La elección de alcaldes de Daganzo Cervantes ataca con toda su artillería lo que representa la sociedad española en el momento. De ese modo, el autor deja en el aire la lastima y la miseria que inspiran los aspirantes a ser alcaldes. Para ello, Cervantes utiliza a Humillos, un personaje, quién ni siquiera tiene talento para escribir ni leer, desea ocupar el cargo de alcalde.
Mientras tanto, La guarda cuidadosa es una historia donde un soldado y un sacristán entran en un lío por el amor de Cristina. El soldado mantiene su vigilancia, la cual se complicará con la presencia de un buhonero, un zapatero y un santero; personajes que gestarán situaciones picarescas y cómicas, mientras se hace referencia a la perspectiva que se tiene del amor en dicha época.
Los entremeses y su impacto en la sociedad española
Las otras obras restantes, como lo es El vizcaíno fingido, El retablo de las maravillas, La cueva de Salamanca y El viejo celoso, se enfocan en trabajar la misma temática de lo que ocurre en la sociedad de España, mientras Cervantes es enfático en criticar dicha realidad a través del humor, que se presenta como un suavizante de lo que pesado e hipócrita de los valores del momento.
De acuerdo a Alonso Zamora Vicente, lo que ocurre con esta serie de obras es que presentan a un tipo de personajes consagrados. Por ejemplo, “el viejo achacoso, gruñón, celoso; el rufián; el santurrón; el soldado fanfarrón; el vizcaíno, etc. Es decir, el público, a las primeras palabras cruzadas en la escena, sabe de qué va, sabe a qué atenerse.”
De manera que cuando la obra inicia y las circunstancias se presentan, toda la naturaleza de los personajes se verá trastocada, condenándolos a develar todo lo contrario de lo que su conducta moral debe representar. Cervantes hace uso de los mejores recursos humorísticos y lingüísticos para que la esencia de la obra irradie esa controversial lucha de valores.
Obras universales que rompieron con la tradición
De acuerdo a la crítica, estas obras de Cervantes rompieron con todo un modelo del género artístico y teatral de la época. Su obra refleja una profunda reflexión sobre la condición humana y su contexto social, logrando que la risa y las situaciones se conviertan en motivo de reflexión, mientras el espectador de la obra es golpeado, confrontando. Según Zamora Vicente, Cervantes hace uso del “truco literario de la mentira artísticamente aceptada por público y lectores”, para develar la otra cara de la moneda de la arraigada moralidad y la conducta de cada uno de los roles de la sociedad española.