Una de las historias más icónicas de los últimos siglos es el relato de la Bella y la Bestia. En la historia de la literatura europea, este relato tiene el mismo carisma de relatos como Hansel y Gretel, La Cenicienta, Rapunzel, la Bella Durmiente, entre otros.

Y la razón de su éxito obedece al hecho de que el argumento esta aderezado con todo el imaginario de las hadas y las brujas, las cuales agregan mayor drama a la vida de los mortales, sus emociones y el peso de su destino.

¿Quién es el autor?

La Bella y la Bestia es una historia que curiosamente posee una diversidad de versiones, hasta el punto que se llega a dudar sobre quien fue el autor original. Algunos críticos le atribuyen esta obra al clásico autor Apuleyo, mientras que otros se la acreditan a Gianfrancesco Straparola quien la publicaría en 1550.

La tesis más fundamentada apunta a que fue una obra elaborada por la escritora Gianfrancesco Straparola, quien la publicó en 1740, constituyendo una historia de más de 200 páginas. Luego esta historia fue reformada por Jeanne-Marie Leprince de Beaumont, quien la reformó hacia 1756, convirtiéndola en una historia más compacta y más sencilla de interpretar.

La versión más reconocida de esta historia

Esta última versión es la más popular de todas, en donde se describe como un adinerado mercader, quien es padre de tres hijas, recibe la visita constante de pretendientes que anhelan casarse con alguna de ellas. De las tres hermanas, solo Bella (que es la menor) es la que mejor corazón posee y quien se atreve a dialogar con los hombres más rudos y poco agradables, a pesar de que luego los rechaza de manera muy cortés.

Luego ocurre que el padre, tras haber perdido su fortuna, visita al puerto para recibir a uno de su antiguo barcos, el cual viene cargado de mercancías. Sus dos hijas mayores le piden que les traigan joyas, mientras que Bella solo le sugiere que con una sola rosa será feliz.

Cuando el padre toma el camino de regreso a casa: se pierde, por lo termina llegando a un castillo en donde pasa la noche. A la mañana siguiente encuentra en los jardines una rosa que decide hurtar antes de que la horrenda bestia y propietaria del castillo lo advierta; bestia que lo deja regresar a casa, bajo la condición de una que de sus hijas ocupe su lugar en el castillo.

la bella y la bestia
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El impacto de un tema universal

Es a partir de ese punto donde el tema de obra adquiere los matices y los contrastes de lo que supone la belleza interior y la fealdad de las apariencias. Bella es una mujer cuyo noble corazón deja expuesta un encanto que se sobrepone a las intenciones de la bestia.

Pero a pesar de lo poético que pueda resultar esto en nuestra modernidad, en el contexto social en el que fue escrita la obra tenía otra connotación. Por ejemplo, el relato era una crítica sobre la imposición de los matrimonios arreglados en donde las bellas jóvenes debían ser sumisas a los hombres rudos y mayores que las escogían.

Otra interpretación indica que el concepto de la bestia, es en esencia el amor salvaje y agresivo que la mujer experimentará en brazos de un hombre hambriento de explotar su sexualidad. Y del mismo modo, existe otra enorme cantidad de puntos de vista que se acumulan en torno a una historia que no deja de ser simbólica, gracias a sus personajes y a sus circunstancias.

Una historia para todos los tiempos

Esto mismo ha hecho que esta historia tenga un alto valor conceptual. Su contenido se vuelve en una analógica tan clásica como lo puede ser el relato bíblico de Eva y la serpiente, los tantos cuentos simbólicos de las Mil y una Noches, como también la fabula del cuervo y el queso, entre otros.

No por nada, el relato de la Bella y la Bestia ha sido un referente para gestar una gran variedad obras en las cuales es notable su paralelismo. Una de ellas es precisamente El fantasma de la ópera, en la cual el protagonista es un hombre que oculta bajo una máscara un rostro deforme: este hombre se enfrentará después a los desaciertos de un amor, a los celos y la desesperación que supone la belleza de una joven mujer.

A lo largo de muchas generaciones, el relato de la Bella y la Bestia ha sido adaptado tanto para cine como para teatro. El director Jean Cocteau fue uno de los pioneros en tomar la obra, agregando un argumento secundario, dando así origen a una nueva versión que ha tenido mucho peso para seguir redefiniéndose a través de otros cineastas y dramaturgos.