Nacido un 26 de febrero de 1802, se distinguió desde muy pequeño por su afición a las letras: pasión que se vio estimulada también por la presencia de sus dos hermanos que también serian escritores: Eugène Hugo y Abel Hugo, como también por su madre que fue una de sus primeras lectoras y críticas de sus resultados literarios.
Aparte del genero lo de la novela por la cual es ampliamente reconocido, Víctor Hugo también cultivó obras enfocadas en la poesía y el teatro, lo que lo convirtió en un autor prolífico y versátil que explora una gran diversidad de temas. La literatura, sin embargo, no fue su única ocupación en materia de artes, ya también dedicaba parte de su tiempo al dibujo.
Una obra comprometida con su tiempo
Como escritor universal, su trabajo ha influido en otros autores como Franz Kafka, Jean Paul Sartre, Mario Vargas Llosa, Isabel Allende, Gabriela Mistral, entre muchos más. De hecho, la obra de Víctor Hugo es considerada como una de las que más estimuló el nacimiento de un nuevo escritor: el cual debería comprometerse con las causas sociales y con la realidad nacional a la que pertenece.
Por eso mismo, Víctor Hugo se destacó también como político e intelectual, trabajando en pro de los derechos las esferas más vulnerables, como efecto de los poderes de los gobiernos y las instituciones. De ese modo, buena parte de su obra, tal como lo registra en Los Miserables o Nuestra Señora de París, retratan un mundo donde la pobreza y la opresión del pueblo generan un cuadro bastante burdo y horrendo en contraste con lo que es la monarquía y las altas autoridades.
Otro aspecto importantísimo a tener en cuenta sobre la obra de Víctor Hugo, es que dentro de sus obras literarias también se tiene en cuenta los discursos políticos realizados en Cámara de los Pares, como también en la Asamblea Constituyente, entre otros escenarios. En materia de correspondencia, este autor también posee una enorme cantidad de cartas con sus amigos escritores y otros personajes de la vida pública.
Un acercamiento a su obra
La obra de este autor francés se encuentra categorizada dentro del romanticismo, aunque también en muy buena medida trabajó en los aspectos de la épica y la belleza lirica de la poesía, tal como puede apreciarse en Las hoja de otoño. Pero siempre está presente en el peso de su obra, el poder de un pensamiento insaciable por demostrar la tiranía de las altas esferas y el abuso de éstas sobre la condición humana.
Un ejemplo de ello es el poema Los Castigos, cuyos versos agreden al mandato de Napoleón III. Mientras tanto, su novela más célebre, Los Miserables, describe el dilema moral entre el bien y el mal al que se enfrenta Juan Valjean, quien tras ser arrestado por un pequeño hurto, logra escapar de la prisión.
A través de las páginas de esta obra, el autor retrata a la perfección la sociedad de su tiempo, las revueltas, la pena de muerte y los cambios de una época que llevarían al surgimiento de una sociedad mucho más humana.
Las influencias de Víctor Hugo
Todas estas obras estuvieron cargadas de influencias certeras como William Shakespeare, Voltaire, François-René de Chateaubriand, Jean-Jacques Rousseau, entre otros. De hecho, en cierta ocasión, Victor Hugo confesó que “Quiero ser Chateaubriand o nada”.
De ese modo, sus lecturas le dieron talento de sobra para adentrarse en la condición humana envuelta y sometida a las condiciones de su tiempo, tal como lo denuncia Voltaire en unos escritos donde contrasta los poderes de la Iglesia y el Estado durante la esplendida época del Renacimiento
Asumiendo una solida vocación
A diferencia de Dostoievski o Charles Dickens, Víctor Hugo propiamente no estuvo involucrado en los temas que retrata y denuncia a través de su obras, por lo menos no hasta el punto de tener dificultades económicas o sufrir las inclemencias de un destino poco feliz, tal como si ha ocurrido con otros artistas y escritores a lo largo de la historia.
Sin embargo, si logro apropiarse de las tensiones políticas reinantes entre el pueblo y el Estado de Francia. De hecho, a pesar del gran peso que tuvo la figura materna en él y quien era devota de las políticas monárquicas, Victor Hugo dio un giro radical a esta posición para inclinarse hacia la democracia.
Sus críticas fueron tan certeras que le valió el tener que exiliarse durante veinte años, hasta el fin del Segundo Imperio reinante en su patria. Años más tarde, cuando falleció, la Tercera República Francesa le rendiría un funeral de Estado, lo que terminó por inmortalizarlo como uno de los iconos más representativos de la literatura universal.