Miguel Mihura es considerado hoy en día como uno de los grandes genios del teatro español. Es valorado por muchos críticos como una mente que se anticipó al Teatro del absurdo, ya que sus obras juegan con el lado cómico, imaginario e inesperado que se deriva de la realidad.

Este dramaturgo español, nacido en Madrid, se destacó por ser un niño muy sensible, que sufría de hipocondría; aquella triste enfermedad le sugería de manera constante a su mente que se hallaba enfermo. Aun así, logró crecer y despejar esos tormentos, encontrando en el humor una salida perfecta para catalizar sus emociones.

Su obra más reconocida

Su genialidad sin embargo tardó mucho en reconocerse. Por ejemplo, su obra más destacada: Tres sombreros de copa, fue escrita en el año de 1932, pero solo vino a ser publicada hacia el año de 1947. Su primera presentación de la misma ocurre en 1952, es decir, 20 años después de haber sido escrita esta obra de teatro.

En esta obra,  el dramaturgo explora los valores de la sociedad española, para luego satirizarlos y darle una crítica a los convencionalismos de la época, que impiden la libertad y la imaginación misma de la condición humana, condenando a cada personaje a vivir en el disfraz de una piel irrompible.

Tres sombreros de copa es una obra que transcurre durante una noche, en un hotel, donde Dionisio aguarda la llegada del nuevo día para contraer matrimonio. Un matrimonio que sin duda alguna cambiará su vida, yendo en contravía de todos los valores que se revelarán durante las horas de la madrugada, dejando expuesta la real naturaleza del protagonista.

victor hugo
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Un más sobre el argumento

El título de esta obra de teatro de Miguel Mihura hace referencia a los tres sombreros de copa que tiene Dionisio para asistir al matrimonio; tres sombreros que curiosamente ninguno le queda bien. En esta historia, lo que dejará relucir más a fondo la esencia de Dionisio, es el personaje de Paula, una joven bailarina de una compañía de revistas.

La historia se encuentra segmentada en tres actos. En el primero de ellos se ve cómo Dionisio y el dueño del hotel en el que se hospeda, ingresan a su habitación para hablar sobre ciertas luces que se ven desde el balcón de la estancia, como también para profundizar en detalles sobre la boda.

Más tarde, mientras Dionisio telefonea a su prometida, Paula ingresa a la estancia mientras lo observa hacer malabares con los sombreros. Ella piensa que ser malabarista es la real profesión de dicho hombre, siendo este es uno de los detalles del absurdo humorístico que predominará en la obra.

Es justo en ese instante donde se gesta la química de la obra que por un instante hace que Dionisio se cuestione la decisión de casarse, al mismo tiempo que se aproxima al universo social que hasta entonces le era desconocido.

Una luz en medio de la oscuridad

Ese universo tan desconocido se ve claramente reflejado en la por la fiesta que se celebra en la habitación de al lado, en la que se encuentra Paula y Buby (novio de Paula). Aquí también ocurrirán una serie de episodios divertidos. Pero el momento que más dramatismo le da a la escena acontece cuando Paula y Dionisio se besan mientras bailan.

En ese instante entra Buby, quien la golpea, dejándola inconsciente. Momentos más tarde, aún mientras la chica permanece inconsciente, Dionisio levanta el teléfono donde su prometida le informa que su padre se dirige hacia el hotel.

Es precisamente en el tercer acto de la obra donde el padre de la prometida deja en énfasis la otra carta de valores convencionales que tanto critica Miguel Mihura en esta obra.

La critica que establece Tres sombreros de copa

Esta obra establece una crítica de la sociedad burguesa, quien depende del universo del music-hall representando por Paula, para demostrarse a sí misma los valores que debe reflejar. El mundo del music-hall esconde su contraparte, lo que se ve proyectado en la fiesta misma que se experimenta en la habitación del lado.

El padre de la prometida de Dionisio representa mientras tanto el puritanismo de la burguesía, a través del cual Dionisio espera fugarse, tal como lo afirma en la frase: “¡Mañana me caso! Esta es la última noche que pasaré solo en el cuarto de un hotel”.

Dionisio mismo es un símbolo de la derrota moral y la libertad de una persona, quien se cuestiona si su autentica salvación como persona, depende del posicionamiento social y material que le espera al contraer matrimonio. La decisión que toma al final de la obra de teatro, deja en claro que tan fuertes son convicciones a las imposiciones sociales de una época.