Muchos de los niños que viven en la zona de los países hispánicos, es decir, España y los ubicados en Latinoamérica, han soñado alguna vez con la visita del Ratoncito Pérez. Y en medio de sus sueños, esperan contar con la suerte de verlo, en el momento en que el infantil roedor busca bajo su almohada un diente de leche que se llevará a cambio de dejar una que otra moneda.

Se trata de una de las historias más bonitas que existen en la cultura popular, igual de entusiasta como lo es la figura de Santa Claus, los duendes y las hadas. Pero el Ratoncito Pérez, como historia fantástica, no es exclusivo para los países hispanos, sino que representa una tradición que repercute en muchos países del mundo, aunque cambiando su nombre.

Por ejemplo, en Francia se le denomina como Ratoncito, más exactamente como La petite souris, mientras que en Italia recibe el nombre de Topolino, así ocurre con otros países. En la región española de Cantabria le ha concedido el nombre de La ardilla de los dientes y en ciertos países han llegado a darle el nombre de pila de Odón.

Sus orígenes

Se sabe que el Ratoncito Pérez, echa sus raíces en los países germánicos, donde su figura en realidad es un hada, denominada simplemente como el hada de los dientes. Sin embargo, se considera también que con toda probabilidad, su figura esté inspirada en un cuento francés del siglo XVIII.

Este cuento fue escrito por la baronesa d’Aulnoy, donde un hada decide adquirir la forma de un ratón para así derrotar un rey de malvados sentimientos. Tras ocultarse bajo su almohada, los poderes del hada-ratón, logran que los dientes del monarca caigan de sus encías.

En el caso de España, se considera que la figura del Ratoncito Pérez se mezcló en la tradicion cultural gracias al cuento de Luis Coloma, un jesuita a quien en el año de 1894 se le pidió que escribierá un cuento para el Rey Alfonso XIII, quien a la edad de sus ocho años perdió uno de sus dientes.

Aun así, en la novela de Benito Perez Galdos, este autor hace referencia a uno de sus personajes comparando su ambicion y su codicia con la del Ratoncito Pérez.  Esta novela, fue publicada diez años antes, pero la ambientación de su contenido se remonta a 1868, lo que indicaría que por entonces ya la figura de este personaje infantil se hallaba en boca de toda la nación española.

victor hugo
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Su impacto en la sociedad

La fama de esta figura infantil ha llegado tan alto que en Madrid, existe el Museo del Ratón Pérez, donde se le rinde homenaje. En el mismo ayuntamiento de la misma ciudad, existe una placa ubicada en el misio sitio indicado en el cuento de Luis Coloma, es decir, en la calle del Arenal, numero 8.

En dicha placa, existen el siguiente texto: “Aquí vivía, dentro de una caja de galletas en la confitería Prast el Ratón Pérez, según el cuento que el padre Coloma escribió para el niño rey Alfonso XIII”. Un lindo homenaje que demuestra el impacto que tiene este personaje en la memoria del pueblo español.

Pero sus homenajes no acaban allí. Ya que en el año del 2006, el director Juan Pablo Buscarini llevó al cine a este personaje concediéndole protagonismo en una historia titulada como Pérez, el ratoncito de los sueños. La misma empresa de Disney, estrenó en el año 2009, una película titulada como El Ratón Pérez.

La figura del ratón también ha sido llevada al teatro, en diversos países, guiada por la imaginación de diversos escritores, tal como lo fue en su momento la presentación de El Ratón Pérez y el cofre perdido que fue dada a conocer en El Teatro Nacional de Buenos Aires durante el año del 2007.

La esencia mitológica y conceptual que posee el relato

Cuando los padres cultivan en la imaginación de sus hijos la idea de este ser fantástico como recolector de dientes, no solo lo hacen como una manera entretenida divertirlos, sino también como una forma de educar la mente del niño y hacerles entender que la pérdida de un diente no es sinónimo de tristeza, sino del crecimiento natural que esto supone en toda vida humana.

Por eso, se convierte en un relato de la tradición oral, donde cada padre asume la tarea de explicarlo de acuerdo a su talento narrativo, permitiendo que en la mente del niño, la preocupación sobre la pérdida del diente de leche no se convierta en un trauma, sino en un signo de esperanza: pronto aparecerá un nuevo diente, pero a cambio recibirá una recompensa por el que tiene a la mano.